Kidzania realiza su primer CongreZZ

** Kidzania llevó a cabo su primer CongreZZ para conocer lo que los niños opinan del valor del dinero y del trabajo.

** Este congreso se realizó en varios países como México, Singapur y Dubái entre otros, participaron niños de entre los 7 y 12 años de edad.

Por Mary Paz Hernández

Fotos: Edgar Laguna C.

(Corresponsales en la Cd. de Mèxico)

Con el objetivo de conocer mejor las percepciones de los niños en relación a la administración del dinero y cómo ganarlo, así como sus pensamientos acerca del trabajo y conocimiento financiero, fue que Kidzania, una de las marcas líderes a nivel mundial en aprendizaje y entretenimiento con más rápido crecimiento en el mundo, realizó su CongreZZ anual con niños en Kuala Lumpur, Malasia; Singapur, Singapur; Ciudad de México y Monterrey, México; Dubái, Emiratos Árabes Unidos; Nueva Delhi y Mumbai e India entre niños de 7 a 12 años.

Los resultados que arrojó este CongreZZ, el cual, es un esfuerzo de KidZania por acercarse a los niños, comprenderlos, hacer que se sientan capacitados y escuchados, fue que los pequeños del hogar saben y tienen una noción clara de lo que significa el dinero y están conscientes de su valor y su papel como parte de una sociedad. Sin embargo, su primer acercamiento a este es práctico, para ellos, se convierte en dinero cuando alguien lo usa o lo gasta.

La forma en que los niños en diferentes países establecen su relación con el dinero se define principalmente por su edad y etapa de vida. A medida que los niños crecen, deja de ser percibido como una abstracción y se convierte en algo tangible. Los pequeños de 9 a 12 años comienzan a notar la importancia y la necesidad de tenerlo en su vida, así como el papel que desempeña en la dinámica social y las preocupaciones o el estrés que pueden estar relacionados con la economía.

Un aspecto que no les queda claro, es sobre todo, la definición de caro y barato. Su escala de percepción del valor está determinada por el tiempo, es decir, cuanto más tiempo se tarda en acumular una cantidad de dinero para comprar algo, más caro es el producto.

Algo que les da seguridad y confianza es saber que sus padres, a quienes por cierto, ven como proveedores en primer nivel, cuentan con una gran apertura hacia las finanzas y el dinero. Asimismo, los perciben como fuente de información más confiable cuando se trata de hablar de economía y  también se estresan cuando los adultos tienen problemas financieros.

Están conscientes de que cuando hacen algo por gusto y pasión, tiene asegurado el éxito y por consiguiente piensan en una mejor remuneración económica. En general, los niños (generación Z) se enfrentan a su realidad financiera. Tienen una noción clara del mundo del trabajo, significado del dinero, su valor y su implicación social. Sin embargo, perciben el mundo financiero como una construcción social compleja. No obstante, se detectó que los niños que están en contacto con el dinero tienen una mentalidad más “controlada” en términos financieros.

Solo 1 de cada 3 niños ha pensado en tener el mismo trabajo que sus padres; el resto planea seguir un camino diferente o preferiría no pensar en eso todavía. En México, este número se reduce a 1 de cada 10 niños.

El manejo del dinero les ayuda a desarrollar actitudes como:

– Reconocer el valor de ganar “su dinero” trabajando

– Tener una idea más clara de qué hacer con el dinero que poseen

– Tratan de hacer “mejores compras-gastos”

– Evitar hacer gastos excesivos.

– Expresar una mayor seguridad y confianza al hablar de sus ahorros.

Además, se identificó que las finanzas son más fáciles de comprender para los niños cuando interactúan con una representación del dinero, como en el caso de kidZos en KidZania. La confianza adquirida al controlar sus ganancias hace que los niños estén más familiarizados con la administración, la abstracción y la planificación que pueden traducir a su experiencia en el mundo real.

Los entornos formales, como las escuelas y los informales, como KidZania, pueden ayudar a la educación financiera de los niños, acercándolos a comprender mejor cada etapa del trabajo, desde su desempeño hasta el pago; verlo como un proceso en lugar de como eventos aislados, fortalece el valor del trabajo y la importancia de desarrollar hábitos financieros responsables.