Tienen Anna Ciocchetti y Marco Trevino un “Amor demediado”
Para que Julia y Antonio se sentaran a la mesa de este café en Ciudad Satélite a hablar sobre su relación ilícita, fue necesario que el productor Omar Baduy viviera cuatro años en Sonora.
Julia y Antonio son los nombres de los personajes de “Corazón Demediado”, obra de Héctor Mendoza, que narra un triángulo amoroso, ya que él está casado con Dolores. Son los actores Marco Treviño y Anna Ciocchetti quienes dan vida a esta historia en la que Antonio, por cierto, se niega a que su relación se llame “clandestina”. ¿Y entonces cómo quieres llamarla?, pregunta Julia. “Pues una relación maravillosa… o secreta”, responde él. Omar Baduy estrena no sólo esta obra sino también el teatro donde la presenta. Se llama Alessa y es un foro íntimo en el que el público establece una relación cercana con el escenario y los personajes.
“Tienes que involucrarte con los actores porque los tienes muy cerca, hay conexión entre ellos y eso le da otra dimensión a la puesta”, explica Baduy, quien cumple así un sueño que parecía imposible hasta hace unos años, cuando estaba viviendo en Sonora, un lugar en el que los espacios culturales no son prioridad. Es un bocadito teatral, que va del drama a la comedia en segundos, vertiginoso, y logra el aplauso igual de espontáneo.
“A mí me encanta la trayectoria de Anna… y ¿qué decir de Marco Treviño? Es un gran actor. Es un dúo dinámico que está funcionando muy bien en esta obra que dura 40 minutos”.
Alessa, foro y restaurante, también son un dúo dinámico porque ofrece al espectador convertirse en comensal sin necesidad de moverse.
“Tenemos un paquete en el que ofrecemos la entrada a la obra, disfrutar de las actuaciones y del texto de Héctor Mendoza y luego bajar al restaurante para cenar y tomar una copa de vino y, como un plus, disfrutar de una noche musical con la reina del blues, Sylvie Henry”.
Esto sucederá todos los sábados de febrero y marzo en este nuevo espacio que abre sus puertas también a diversos artistas musicales, muy al estilo de lo que fue el Café 22 de la colonia Condesa: un espacio íntimo donde echar la copa, mientras se disfruta de una obra.